Qué es y para qué sirve un sérum para piel mixta
Aunque se sabe que la piel merece un cuidado especial, mediante el uso de productos que, gracias a sus propiedades y activos propios, únicos de cada uno de sus componentes, no todas las dermis se pueden cuidar de la misma forma, pues este órgano posee ciertas características que lo hacen digno de ser clasificado en diferentes tipos. Ya que no se pueden aplicar las mimas sustancias en cada una de las clases, es importante conocer a cuál de ellas pertenece nuestra piel.
Se puede decir que existen cuatro modelos dérmicos naturales, los tipos graso, seco, normal (también conocido como neutro), además del complicado tipo mixto, conocido por la dificultad que presenta en su cuidado. Esto se debe a sus características únicas, que combinan de cierta forma específica todas las clases en un mismo tejido, por lo que para entenderlo correctamente, tenemos que conocer cada uno de ellos de manera individual.
Sin embargo, las opciones que nos ofrece la industria de belleza y cuidado cutáneo, gracias a los increíbles avances de la medicina cosmética, son bastante amplias, con productos como el sérum, indispensable para cualquier rutina facial en la actualidad. Este se diferencia de muchos otros artículos de la gama estética, no solo por los beneficios que ofrece, sino por el modo en que se puede utilizar, incluso si se trata de un producto diseñado específicamente para las pieles mixtas.
Si te preocupas por la humectación pero no sabes qué producto elegir, te invitamos a leer ¿El sérum puede sustituir a la crema hidratante?
Diferencia entre la piel mixta y los otros tipos
Como mencionamos al principio, este tipo de piel posee la propiedad de tener una identidad combinada, que toma características del resto de la clasificación, aunque no de manera desordenada, al menos en el caso del rostro. Aun así muchas veces se da el caso del predominio de un tipo sobre el otro, por lo que se puede presentar una gran diferencia entre personas que, a pesar de tener dermis mixta, esta no posee unas cualidades idénticas.
En principio, se puede entender esta combinación de forma estructural, ya que las zonas secas se diferencian generalmente de las secas, aunque no en porciones iguales. Por ejemplo, lo más común es que las áreas de la frente y la extensión de la nariz (desde la punta al entrecejo), conocida como zona T del rostro, posean características de tipo graso; mientras que el resto, mejillas, pómulos, contorno de ojos y su exterior, así como la barbilla y el contorno de los labios, sean de clase seca.
Aun así, tras reconocer qué partes específicas se pueden clasificar de acuerdo a los tipos, dentro de un mismo rostro de piel mixta, no es suficiente si no conocemos las características de cada una de ellas, para poder diferenciar las clases y los cuidados que merecen cada una. Por ello, se habla de la diferencia entre la dermis mixta, la grasa y la seca, dejando a un lado la normal o neutra, ya que casi nunca se encuentra presente en esta estructura combinada tan difícil de cuidar.
Para distinguir cada una, diremos que las pieles o zonas secas se caracterizan por la falta de humedad, lo que suele ocasionar una resequedad que deriva en aspereza del tejido. Como es claro, se debe cuidar aumentando la hidratación, ya que esta clase es la más vulnerable a la aparición de imperfecciones como arrugas, líneas de expresión, flacidez y diferentes marcas de la edad, debido a la falta de tonicidad, firmeza, nutrición y elasticidad del tejido.
Siendo la otra cara de la moneda, las pieles o zonas grasas son aquellas que, debido al exceso de humedad, ya sea por un fallo en la capacidad de la piel para absorber y retener los líquidos de la condensación, o por el contrario, una absorción descontrolada de estos elementos, suelen ser susceptibles a la formación de grasa o sebo sobre su superficie, lo que deriva en una sensación aceitosa al tacto, así como un brillo poco estético al reflejar la luz.
Esta capa grasosa se forma de dos factores, la liberación de los restos líquidos de las capas dérmicas inferiores, especialmente la hipodermis (encargada de la retención de la humedad), así como la adición a esta de las células muertas del tejido y diferentes impurezas del ambiente, como polvo, suciedad, restos de maquillaje y contaminación. Ya que no se puede retirar la humedad, se debe cuidar realizando limpiezas faciales diarias y exfoliaciones cotidianas, para retirar el sebo y las impurezas, con el fin de evitar que estas obstruyan los poros de la piel.
Es aquí donde se presenta la dificultad del cuidado del tipo mixto, ya que las zonas secas no se deben limpiar con demasiada dureza, pues esto causaría daños al tejido (a pesar de la necesidad de limpiar profundamente las áreas grasas). Por el contrario, estas últimas, que ya poseen un nivel elevado de humedad, no se pueden hidratar tan seguido, pues esto satura la piel y produce daños en las células, (aunque es necesaria la hidratación profunda de su contraparte seca).
Función de este sérum específico
A diferencia de las cremas y ungüentos más populares de hoy en día, el sérum es mucho menos espeso, lo que crea la relación de la sustancia con su nombre, que sería una traducción al latín de la palabra Suero. Se trata de un elemento indispensable para las rutinas faciales actuales, aunque originalmente se diseñó tan solo como un ingrediente de apoyo para tratamientos más convencionales, como el uso de antiarrugas, cremas antiedad y otras de este estilo.
Muy parecido en textura a los tónicos, pero incluso más líquido, a un nivel que nuestros ojos no pueden notar la diferencia, el sérum es una sustancia cuya densidad molecular se ha reducido gracias a los procesos únicos de su elaboración, como la hidrólisis o la condensación. Esto causa que el volumen de los activos y propiedades de sus componentes, respecto al líquido que los contiene, sea mayor, por lo que sus beneficios aumentan considerablemente.
Una forma sencilla de explicarlo, sería destacar que la concentración de activos por cada gota de producto es mayor que en cualquier otro artículo de belleza y cuidado facial, lo que ocasiona que su modo de uso y aplicación sea distinto de aquellos que solemos simplemente untar y esparcir sobre la piel. Por esta razón, suele estar embotellado en envases más pequeños y de vidrio, con dispensadores de baja cantidad, como goteros (cuentagotas), atomizador o spray.
Se trata de un producto hidratante que, aunque cumple a la perfección con esta tarea, las características de su baja densidad le permiten alojar una mayor cantidad de componentes, por lo que suelen incluir otras propiedades, como antioxidantes y nutritivas celulares, antiedad, despigmentantes y demás. Esto lo hace perfecto para todo tipo de pieles, aunque las cualidades de cada una sean diferentes, por lo que se puede encontrar distintas presentaciones, para las secas, grasas y mixtas.
En el caso de las últimas, la fórmula especializada para esa clasificación funciona de maravilla, por lo que es uno de los más recomendados para su cuidado. Esto se debe a las características propias de su textura, antes mencionadas, ya que su baja densidad le permite ser absorbido por los poros de manera inmediata, aumentando además la profundidad que puede cubrir, respecto al tejido dérmico y las diferentes capas que lo conforman.
En otras palabras, el suero no trabaja en la superficie de la piel, donde las diferencias entre la clase seca y la grasa que combinan en las mixtas son más notorias, por lo que no importa si posees este tipo de piel en tu cutis, puedes utilizar el sérum en toda su superficie sin temor. De esta manera, estarás hidratando directamente en las capas más profundas, sin sobrecargar de humedad las zonas grasas ni producir aspereza en las secas.
Sin embargo, su propia función causa que el suero no pueda ser utilizado como único elemento hidratante de nuestra rutina, ya que aunque añade humedad profunda (llegando incluso directamente a las células, donde se aprovechan también sus otras propiedades), mientras brinda emolientes que aumentan la retención de estos líquidos, es insuficiente para el cuidado general más superficial.
Por ello, se recomienda combinarlo con otros productos de carácter diferente, como limpiadores faciales, sobre todo en las zonas grasas, donde ya se ha informado de la necesidad de una limpieza completa y profunda. Además de estos, también es posible combinar su uso con el de cremas hidratantes de baja gama, por ejemplo no hidrolizadas o que no contengas iones activos, para así cumplir con la humectación superficial de las áreas secas.
Esto no significa que el uso del suero sea innecesario ni mucho menos, ya que dependiendo de la fórmula que adquirimos, de acuerdo a las necesidades de nuestra piel, puede otorgar una serie de beneficios increíbles, de los cuales hablaremos con más detalle en un momento, sobre todo en el caso de la dermis tipo mixta. Solo sentimos la necesidad de que, bajo ninguna circunstancia, debemos pensar que una rutina facial está completa tan solo al utilizar este producto de forma individual.
Si te identificas más con el tipo de dermis graso, quizá te pueda interesar leer Cómo hacer sérum para piel grasa en casa
Cuidados que ofrece para las pieles mixtas
Incluso conociendo el hecho de que existen cuatro clases distintas de dermis (conocida como clasificación tópica), no debemos pensar por ello que solo encontraremos 4 presentaciones distintas de sérum, ya que esta sustancia es tan maleable, durante su proceso de fabricación, que son muchos los componentes que se pueden usar al elaborarla, derivando así en una gran cantidad de combinaciones con beneficios propios increíbles.
Por ejemplo, uno de los más populares es el suero con Vitamina C, nutriente que aprovecha de la absorción natural de este líquido, para alcanzar la profundidad de la dermis y así nutrir las células del tejido conjuntivo, donde juega un papel muy importante. Es esta vitamina la principal encargada de la estimulación en la producción de colágeno para la piel, lo que a su vez significa más elastina aportando sus cualidades.
De igual forma, es posible encontrar un producto que contiene directamente colágeno hidrolizado, para aquellas personas que sufren de trastornos que no les permiten la producción propia de esta proteína. Así, podemos aprovechar la hidratación del sérum y la producción o adición de elastina, lo que brindará a la dermis beneficios como mayor firmeza, elasticidad, resistencia y tonicidad.
Hablando de esta última cualidad, el suero también suele venir con antioxidantes incluidos, usualmente combinados con vitamina E y otros componentes que, en conjunto, conforman el mejor cuidado de la rama Antiedad. Estos se encargan de sanar, proteger y rejuvenecer las células del tejido superficial, reparando y previniendo daños, evitando y eliminando la oxidación, mientras añaden juventud y salud a la piel de forma general.
En el caso de las pieles mixtas, todos estos beneficios se combinan con un hecho simple, el poder utilizar un solo producto para todo el cutis, en vez de tener que recurrir a rutinas complicadas donde combinemos un elemento para las áreas secas y otro diferente para las zonas grasas. Aunque como dijimos antes, esto es distinto para el cuidado más superficial, el sérum se conoce por preparar la piel para los cuidados del resto de la rutina.
Así, tras utilizarlo, aplicándolo correctamente sobre el rostro, ayudamos a hidratar en profundidad, lo que expande los espacios entre capas de la piel, permitiendo que esta reciba y absorba de forma apropiada otros productos. De igual manera, el sérum ayuda a descongestionar los poros, dilatándolos para que así los limpiadores faciales puedan realizar su trabajo de forma más sencilla, sin la necesidad de un proceso de limpieza tan complejo.
Esto aumenta en el caso de los sueros con propiedades micro exfoliantes, ya que aun sin ser limpiadores, ayudan en gran medida a eliminar las obstrucciones de los poros, causadas por la retención de impurezas y sebo. Por ello, esta es la mejor manera de exfoliar a profundidad un rostro de cutis mixto, ya que así evitamos el uso de exfoliantes superficiales en las áreas secas, donde pueden causar daños a la piel más sensible.
Como se puede notar, todos estos beneficios ayudan a que, los cuidados posteriores que debemos tomar para cada zona, de acuerdo a la clase tópica o tipo de piel que corresponde, puedan realizarse con productos y métodos de menor concentración. Esto hace que, al no tener que usar limpiadores agresivos para las impurezas y el sebo; así como humectantes y emolientes de alta gama, el riesgo de alterar la superficie cutánea de las pieles mixtas disminuya considerablemente.
Aplicación de este producto
Muchas veces quienes poseen un cutis mixto ignoran los métodos más apropiados para su cuidado, esparciendo productos para cualquier tipo de piel sobre toda su superficie, cuando estos son para una clase en específico. Dicha acción puede causar daños a las células y estructura dérmica, lo que deriva en imperfecciones que de otro modo no deberían de aparecer. Esta regla, sin embargo, no se cumple con el sérum para dermis mixta.
Para resumir la explicación anterior, al tratarse de una sustancia que actúa en capas muy profundas de la piel, no altera de ningún modo las diferentes zonas de su superficie, sean de clase normal, seca o grasa. Por ello, quienes piensan en las complicaciones del cuidado de las pieles mixtas, deben saber que este producto se puede aplicar igual que cualquiera diseñado para otro tipo de piel, o sea, por toda la superficie del rostro.
Sin embargo, debido a su gran concentración, no se puede simplemente tomar una buena cantidad del suero y frotarlo sobre el cutis por dos razones. Primero, utilizar demasiado producto es contraproducente, ya que aunque los poros lo absorban, este se desperdiciará dentro del tejido; segundo, al ser absorbido de manera inmediata, si lo ponemos sobre nuestros dedos o algún medio, como un algodón o trozo de tela, la sustancia se perderá sobre esas superficies.
Por ello, debemos colocar solo unas gotas directamente en la zona del rostro que queremos tratar, en caso de que la presentación del envase cuente con gotero o cuentagotas. Por ejemplo, tres gotas en la frente (una en el centro y dos a cada lado, con cierta distancia entre ellas); una gota en cada pómulo, una en cada mejilla, una en el entrecejo, que se puede dejar correr un poco por el tabique hacia la punta de la nariz y por último, una sobre la barbilla.
Lo mejor es realizar esta acción por partes, colocando primero la de la frente, sin esperar demasiado para que no comience el proceso de absorción, antes de frotar y esparcir con los dedos o un medio de los antes mencionados (algodón o tela fina). Después de esto, se realiza el mismo procedimiento en el resto de las zonas, preferiblemente de forma ordenada, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, o viceversa.
Si adquirimos un suero que en vez de gotero, tenga un pequeño atomizador (conocido también como spray o pulverizador, dependiendo de diferentes países), el proceso debe ser exactamente el mismo, solo que en vez de dejar caer gotas, presionaremos el activador del atomizador, muy cerca de la piel para que no se esparza demasiado. Debemos tener aún más cuidado en este caso, en especial para no arrojar sin querer la sustancia sobre los ojos.
Si estás interesado en este producto, puedes ver algunas recetas caseras para elaborarlo leyendo Cómo hacer sérum para piel mixta en casa
Por último, es muy importante tener en cuenta el momento correcto para usar el sérum dentro de una rutina, en el caso de las pieles mixtas, que debe ser justo después de una limpieza suave, con una toallita húmeda o agua y jabón neutro, para que se absorba con mayor facilidad. Tras aplicarlo y dejarlo absorber, podemos proceder al resto de la acción, utilizando el limpiador facial, cremas hidratantes y productos antiedad y de combate de las imperfecciones.