En qué fijarse a la hora de comprar un protector solar, según los dermatólogos

Ya sea que hayas optado por tomarte unas largas vacaciones a un lugar soleado, o que simplemente estés pensando en añadir un buen protector solar a tu rutina diaria de cuidado de la piel para prevenir que el sol cause daños en tu piel, al ir a adquirir este producto habrás notado que en realidad existe una variedad de opciones bastante amplia tanto entre las diversas marcas como en otros puntos más específicos.

En qué fijarse a la hora de comprar un protector solar, según los dermatólogos

Esta cantidad de opciones para la mayoría de los consumidores puede resultar incluso un poco abrumadora, principalmente si no cuentas con los conocimientos necesarios que te ayuden a descifrar cuales son los puntos que debes considerar y los que en realidad diferencia a un producto del otro, además de cuál de las múltiples opciones resulta ser la más apropiada para tu tipo de piel, caso y necesidades particulares.

Para ayudarte con ello, lo mejor que puedes hacer es reconocer cuales son los puntos que, según los dermatólogos, son considerados como los más importantes y factores fundamentales que te ayudarán a reconocer todas las diferencias.  Es por eso que hemos decidido crear este artículo, donde te detallaremos todos y cada uno de los aspectos a considerar, y así cuando vayas a comprar realmente termines adquiriendo el protector solar ideal para ti.

Si quieres conocer otra forma de proteger tu piel, pero de una forma menos agresiva, puedes consultar Todo sobre el protector solar natural

Por qué es importante utilizar protector solar

Por qué es importante utilizar protector solar

Muchas personas consideran que un protector solar es en cualquier caso un gasto innecesario, un producto que no ofrece ningún beneficio a la piel más allá de evitar que esta se queme en los días de playa durante el verano pero que el resto del año no debe siquiera salir del anaquel del supermercado. Este pensamiento aunque es bastante común realmente está muy alejado de la realidad y debe ser cambiado cuanto antes.

El protector solar en realidad es un producto bastante útil, al punto de que su uso puede ser considerado como un paso necesario si buscamos desarrollar una rutina de cuidado de la piel efectiva. Debe ser aplicado sobre la piel tanto del rostro como de diversas áreas del cuerpo no solo cuando esta va a ser expuesta a los rayos del sol en días de playa o piscina, sino que durante los 365 días del año, incluidos los meses de invierno cuando por desconocimiento consideramos menos útil su acción.

Y es que, aunque tomar algo de sol no genera daños, sino que por el contrario es considerado como una acción que resulta beneficiosa para la piel al proporcionarnos la tan necesaria vitamina D, es necesario tener mucho cuidado tanto con el exceso como con las radiaciones que este emite y que terminan siendo bastante dañinas para nuestra piel y organismo en general.

La exposición prolongada a los rayos del sol, o más específicamente a los rayos ultravioleta o UVA y UVB que este produce provoca la formación de los denominados radicales libres en el cuerpo, lo que acelera el proceso de envejecimiento prematuro en la piel, trayendo la aparición de manchas, líneas de expresión o incluso arrugas desde antes de que sea considerado normal.

Además de esto, los rayos UV tienen la capacidad de penetrar en nuestra piel, degradando el colágeno que esta posee y deshidratándola, lo que trae resequedad y también ocasiona el aumento de la llegada de los temidos signos propios del paso del tiempo. Con esto, la piel termina perdiendo agua, con ella la firmeza y elasticidad se ven también reducidas, y las marcas como líneas de expresión y arrugas presentes empeoran rápidamente.

Como si esto no fuera suficiente, la exposición a los rayos del sol trae consecuencias mucho más graves y que son causa de preocupación sin importar si eres o no de las personas que prestan especial atención a su apariencia. Los rayos UV aumentan las probabilidades de padecer ciertas enfermedades en la piel, entre ellas destaca enormemente el cáncer de piel, que se produce debido a alteraciones en el ADN provocadas por la exposición al sol.

Por todas estas razones, el uso de un buen protector solar jamás debe ser considerado como un extra o algo meramente ocasional para los días donde se acostumbra que lo amerita, sino como un requisito bastante necesario que debe ser aplicado en nuestro día a día para lograr cuidar la apariencia de nuestra piel, y más importante aún, su salud general.

Antes de continuar con el siguiente punto, te invitamos a consultar Protector solar mineral: Qué es y cuáles son sus beneficios

Factor de protección solar, el punto clave que debes conocer

Factor de protección solar, el punto clave que debes conocer

Seguramente más de una vez has sostenido en tus manos un envase de protector solar, y habrás notado que cuenta con un numero en él, este número suele ser  15, 30, 50, 60 o incluso 100, y habrás pensado en adquirir alguno sin tener en cuenta el determinar realmente qué quiere decir y cuál es la función de esa cifra allí planteada.

Ese número jamás está de adorno, y la mayoría de las veces viene acompañado con las pequeñas siglas FPS o SPF, estas siglas se refieren al Factor de Protección Solar, y se refiere a la medida específica de la cantidad de luz UVB que puede llegar a ser filtrada por cada protector solar, siendo a mayor número, mayor potencia o más luz puede filtrar el producto. Esto sirve como un indicativo del grado de protección que brinda dicho protector solar contra las quemaduras producidas por el sol.

De esta forma podemos determinar, por ejemplo que un protector solar que demarca un FPS de 15 es capaz de proteger a la piel permitiendo que esta sea expuesta hasta por un periodo de tiempo 15 veces mayor a la luz del sol sin llegar a presentar quemaduras. Por otro lado, uno que posea factor de protección solar 30, te permitirá exponerte por un periodo 30 veces más largo antes de presentar síntomas y así sucesivamente con cada una de las cifras que puedas llegar a encontrar.

Esto significa que el poder de acción no dependerá exclusivamente del producto, sino también de tu piel, ya que si la misma es muy propensa a desarrollar quemaduras más rápidamente, un factor de protección solar de tan solo 15 no será para nada suficiente ni impedirá que a lo largo del día los rayos terminen penetrando en tu piel y causando quemaduras solares y los demás efectos antes descritos.

Esto significa que el factor de protección solar es un punto que se encuentra muy directamente relacionado más con la cantidad de exposición al sol acumulada, y no exclusivamente con el tiempo o duración de la misma de forma constante. Esto se debe a entre lo que debemos tener en cuenta está tanto la cantidad de exposición como la duración de la misma y su concentración, además de puntos como la época del año, la hora, el clima e incluso la ubicación geográfica ya que de ellos depende la intensidad de protección necesaria.

Otra manera de determinar la intensidad del factor de protección solar y que puede servir de ayuda a la hora de saber cuál es el protector solar ideal que debes adquirir para tu piel, es el porcentaje de protección o de filtro que este brinda, el cual no siempre está expuesto en la etiqueta del producto que has adquirido, pero si sirve de guía si conoces como relacionarlo de forma adecuada.

Se considera que un protector solar que muestre en su etiqueta FPS de 15, tienen la capacidad de bloquear e impedir que aproximadamente el 93% de los rayos UVB penetren en tu piel. Un producto con un FPS de 30, se estima que eliminará el 95% de estos rayos, y uno de 100 es capaz de prevenir la totalidad de los rayos UVB que se encuentran en el ambiente, resultando la alternativa por excelencia para quienes poseen problemas en la piel.

Ten en cuenta tu tipo de piel

Ten en cuenta tu tipo de piel

El factor de protección solar es el punto más importante a la hora de determinar la intensidad de protección que brinda un producto. Pero esto no es lo único a tener en cuenta ni se trata de una regla precisamente exacta que debe aplicarse a todas las personas por igual, sino que cuenta con diversas variaciones según tu tipo de piel.

Es bien sabido que no todas las pieles son iguales, estas cuentan con diferentes necesidades que determinan distintas maneras de actuar sobre ellas, algo que han tenido en cuenta los diseñadores de distintos protectores solares. Si posees la piel grasa o esta se caracteriza por poseer una facilidad un tanto superior a desarrollar problemas como el acné lo más aconsejable para ti será recurrir a un protector solar que esté determinado en su etiqueta como no comedogénico.

Esto se refiere a que el protector solar está diseñado con sustancias que están pensadas para no causar obstrucciones en los poros de la piel, lo que evita o disminuye las probabilidades de desarrollar problemas como el acné o que la piel se torne más grasosa de lo normal. Algo sumamente importante cuando estás tratando de solucionar este problema cutáneo tan frecuente.

Si por otro lado, tu piel es más bien reseca o posee alta tendencia a perder la humedad rápidamente debes optar por una alternativa de protector solar que cuente con ingredientes que te ayuden ya sea a hidratar o a preservar la humedad en tu piel. En el mercado existen opciones que incluyen crema humectante o ingredientes como las ceramidas o incluso ácido hialurónico, sustancias bastante útiles para ayudarte a proteger tu piel del sol a la vez que la mantienes saludable y tersa.

Para las pieles sensibles también existen opciones, ya que las marcas comerciales han tenido en cuenta diversos factores hasta el punto de presentarnos un abanico bastante amplio de alternativas. Si posees ente tipo de piel los protectores solares con ingredientes minerales serán la opción ganadora. Puedes encontrar algunos con óxido de zinc, o dióxido de titanio, ingredientes que evitarán que tu piel se enrojezca o inflame.

El fototipo, otro punto que debes siempre considerar

El fototipo, otro punto que debes siempre considerar

Cuando hablamos de fototipo nos referimos a la capacidad que posee la piel para lograr asimilar de manera efectiva la radiación solar, y se determina por una clasificación numérica que va entre I y IV, siendo a mayor numero, mejor resistencia a los rayos del sol. Este punto va directamente relacionado con nuestro tono de piel, y puede si bien no ser determinante para algunas personas, si es un factor a tener en cuenta según los dermatólogos.

Es bien sabido que el tono que posee la piel determina ciertas funciones, las pieles más claras suelen tener menor resistencia a la luz y la exposición solar, pero mayor capacidad de resistir climas bajos, por el contrario, las pieles más oscuras están mejor preparadas para climas cálidos y para enfrentar mayor exposición directa al sol, haciendo de este un punto importante.

Si eres de tez clara, seguramente vas a requerir aplicar sobre tu cuerpo un protector solar más concentrado ya sea para uso diario o para ocasiones especiales como la playa o la piscina. En este caso, el factor de protección solar mínimo que debes considerar es el 30, pudiendo ser un mínimo incluso superior a 50 si cuentas con un tono de piel extremadamente claro.

Por el contrario, si tu tono es más oscuro seguramente tu piel tendrá la ventaja de presentar menor predisposición a las quemaduras solares, en este caso puede ser suficiente con un protector solar que te brinde un factor de protección de al menos 15. Pero, si piensas exponerte al sol por largas horas, sin importar que tan oscuro sea tu tono de piel, el factor mínimo tendrá que ser de 30.

Esto se puede determinar con una formula muy simple, y es que a menor sea el fototipo que poseas, mayor será el factor de protección solar que vas a requerir para mantener tu piel libre de daños y quemaduras ocasionadas por el sol. Así que a la hora de tomar la decisión sobre cual protector solar requieres, podrás tener en cuenta las necesidades de tu tono de piel, evitando adquirir una protección tanto inferior como mucho mayor a la requerida.

En cualquier caso, debes considerar que tanto el rostro como el resto del cuerpo debe ser cubierto por una capa protectora, siendo la piel del cutis la que más será expuesta al sol, lo aconsejable es que en ella siempre apliques una capa protectora que cuente con mayor capacidad de protección que la que aplicarás en zonas menos expuestas, por lo que para las pieles más claras puede ser necesario un FPS de 45 y para las morenas 30.

Si te has expuesto al sol sin llevar las medidas de protección adecuadas, probablemente te interese Cómo tratar una quemadura solar

Mantén presente la resistencia al agua

Mantén presente la resistencia al agua

El uso que pretendes aplicar para tu protector solar también representa un punto que los dermatólogos consideran que debes siempre tener en cuenta antes de ir a adquirir cualquier tipo de producto. Nunca será lo mismo un protector destinado al uso diario que otro pensado en las vacaciones o en climas extremadamente cálidos, ya eso es algo que ha quedado un poco sobredicho a lo largo de todo este artículo.

Con esto queremos decir, que si lo que piensas es exponer tu piel al agua, o si te encuentras en una zona o situación que te hará sudar más de lo normal, como una actividad deportiva al aire libre, casi por ley debes tener en cuenta que el protector solar que apliques indique en su etiqueta que cuenta con resistencia al agua, así evitarás que el mismo se desprenda de tu piel y quede ya sea en la piscina o escurra junto con el sudor de tu piel.

Si no cuentas con un protector solar con alta resistencia al agua, será necesario que vuelvas a colocar una capa de este producto sobre tu piel tras haberte mojado, o que no esperes más que un par de horas para volverlo a aplicar en el caso de que el mismo pueda haberse escurrido de tu piel debido al sudor.

Si no piensas humedecer tu piel a lo largo del día o te encuentras en un clima que no implica que tendrás alta sudoración, puede simplemente aplicar un protector solar común, y leer muy bien las instrucciones para lograr definir qué tan frecuente debe ser su uso o si es necesario que sigas algún paso en particular que te ayude a mantener la protección por un periodo de tiempo superior.

Este protector solar sin resistencia al agua resulta ventajoso para ciertas personas en cuanto al uso diario, ya que el mismo se elimina rápidamente de la piel después de un simple baño, lo que evita que los restos de esta sustancia queden impregnados en los poros, evitando que la piel respire y causando ciertas reacciones adversas a mediano plazo como lo es la formación de arrugas o líneas de expresión, algo que sin duda alguna vas a querer evitar a toda costa.

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Al adquirir un protector solar es importante que tengas en cuenta todos los puntos que te hemos descrito, ya que estos son los que según la mayoría de los dermatólogos te pueden servir como guía o factor determinante para que logres proteger y cuidar tu piel tanto en tu día a día como en las situaciones donde esta será especialmente expuesta. Así que te animamos a que en la próxima oportunidad que tengas te decidas por seguir estos pasos y adquieras un producto no solo funcional sino que pensado especialmente para ti.

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