Qué es el colágeno marino y qué beneficios tiene
Cuando hablamos de medicina cosmética, nos referimos a esa rama que, debido a su campo de investigación tan amplio, así como a las interacciones y los aportes de otros estudios diferentes, como serían la botánica, la anatomía, la dermatología y la estética, se puede considerar lo suficientemente compleja como para plantearla dentro de la definición de ciencia por derecho, ya que se requiere de una gran cantidad de factores para llevarla a cabo.
Entre todos ellos, así como la inmensa variedad de investigaciones planteadas en esta área, un elemento destaca por sobre todos los demás, estudiado para ser sintetizado y utilizado en nuestro beneficio, gracias a la potencia de sus propiedades y activos. Hablamos del colágeno, una molécula esencial en la cosmética, que se puede encontrar en diferentes medios y formas, para ser extraído, sintetizarlo y darle un valor incalculable dentro de los productos de belleza y cuidado tópico.
Entre sus muchos orígenes, algunos especialistas destacan el colágeno marino como una revolución de la ciencia, ya que se puede obtener de manera sencilla y sin mucho esfuerzo, es económico, fácil de tratar y, sobre todo, ayuda en la conservación de la fauna y el ambiente, ya que se extrae de restos de animales del mar. Aun así, no solo sus beneficios ecológicos son importantes, sino que también lo son aquellos que puede aportar directamente a nuestro organismo.
Si quieres aprender sobre el suplemento más efectivo para esta proteína, gracias a su fabricación única, te invitamos a leer Qué es el colágeno hidrolizado y cuáles son sus beneficios
Función del colágeno
Antes de hablar de la obtención y las capacidades de este producto, debemos conocer su interacción con nuestro organismo, ya que a diferencia de otros suplementos (sean tópicos o de ingesta), el colágeno no busca alterar ni suplir de manera directa un elemento nutricional o beneficioso para el cuerpo, como serpia, por ejemplo, las vitaminas y los antioxidantes, entre otros, sino que busca apoyar a la producción interna de este mismo.
Para resumirlo de manera sencilla, los seres humanos también producimos colágeno, al igual que los animales de los que se extrae para utilizarlo, siendo este un pequeño punto dentro de la inmensa cadena de elementos que el cuerpo crea para sí mismo. En su caso, es producido por unas células específicas, que se ubican y conforman la estructura del tejido conjuntivo, o sea, aquel que conecta diversos tejidos más prolongados, como serían los músculos o la piel.
Se trata de una molécula proteica, con una estructura de fibra, encargada de la producción de otra partícula especial, llamada elastina, que es la que realmente cumple una tarea en estos y otros tejidos de forma directa. Así que, aunque es esta última la que al final necesitamos, el colágeno es igual de vital, dado que es la única molécula del cuerpo capaz de crear, producir, almacenar y liberar la elastina en los órganos, músculos, articulaciones y demás.
Esta se encarga de darle cohesión a la estructura orgánica de nuestro cuerpo, ya que, al ser segregada por la proteína en cuestión, se adhiere a los diferentes tejidos para darles elasticidad, resistencia, firmeza, tonicidad y fortaleza, no solo en sí mismos sino en su conjunción con otros tejidos adyacentes. Dicho de otra forma, la elastina es una parte esencial de todo aquello que necesita el cuerpo para mantenerse unido, firme y resistente.
Su función se puede apreciar, de forma más directa y visible, en el caso de la piel, el órgano más grande y pesado de nuestro cuerpo, así como también el que se ubica de manera externa o más superficial. Al ser esa capa que protege los tejidos más blandos o sensibles, como los órganos internos, las fibras musculares y las articulaciones, la dermis necesita de todas las características que pueden ofrecerle el colágeno y la elastina.
Para que los movimientos y las acciones del día a día no afecten las terminaciones nerviosas, las redes eléctricas y neuronales, así como las vías sanguíneas y demás elementos que recorren las diferentes capas de la piel, es necesario que esta sea resistente, firme, fuerte y, sobre todo, elástica. Lo mismo va para tejidos internos, como serían los músculos, encargados de la protección y la fortaleza, al igual que las articulaciones, cuyo papel principal es el de permitir el movimiento corporal.
Como suplemento sintetizado
Aquí es donde entran los suplementos sintéticos, como serían el colágeno marino y terrestre, obtenidos ambos de diferentes especies animales, con la diferencia, apreciable en su nombre, de que el primero de obtiene de restos de peces como sardina, mojarras, bagres y en especial, de las aletas y el cartílago de tiburón, mientras que el último se extrae del procesamiento de huesos, piel, cartílago y tejido de reses, cerdos, venados, ovejas y otras especies de granja.
Se pueden encontrar en diversas presentaciones; por ejemplo de forma tópica, para ser aplicado sobre la piel y así otorgar a este órgano sus beneficios de manera directa (ya sea de forma independiente o como ingrediente de cremas y ungüentos tópicos). De igual forma, para quienes requieren un aumento de los niveles de colágeno y elastina en todo el cuerpo, es posible adquirir un suplemento de ingesta, que se toma en forma de jarabe, pastillas o grajeas.
Su función es simple, aumentar y apoyar la producción propia de esta fibra dentro de nuestro organismo, ya que con el paso de los años, como consecuencia del envejecimiento, enfermedades, lesiones o patologías, así como también por causas genéticas, el colágeno producido por el tejido conjuntivo se vuelve cada vez menos y de menor calidad, por lo que se ve la necesidad de suplirlo con este sintetizado de origen animal, especial para su consumo o aplicación en las personas.
El colágeno y la cosmética
Por supuesto, si una fibra afecta directamente la forma y estructura cutánea, se da por obvio el hecho de que su falta puede afectar también la imagen de la piel. Cuando los niveles de esta comienzan a descender, se hace visible la pérdida de firmeza y tonicidad, así como de elasticidad del órgano superficial, lo que conlleva la aparición de diversas imperfecciones, como marcas de la edad, líneas de expresión, arrugas, ojeras, flacidez y resequedad.
Por esta razón, para combatir dichos daños a la imagen estética de la dermis, muchos de los productos cosméticos más utilizados, como cremas, sérum y ungüentos tópicos, sean antiedad, antiarrugas, nutritivos, hidratantes o de cualquier tipo, poseen entre sus componentes el importante colágeno sintetizado, que armoniza con el resto de los ingredientes de la fórmula, para dar a la piel una mayor calidad, salud e imagen.
El colágeno marino y sus diferencias con el terrestre
Haciendo honor a su nombre, este producto se llama de dicho modo tan solo por su origen, como mencionamos antes, ya que se obtiene del procesamiento metodológico de diferentes peces, entre los que destacan el tiburón, específicamente en las áreas de las aletas (en especial la dorsal) y el cartílago del interior de su organismo. Otros ejemplares de agua salada de los que procede son la sardina, el bagre, bacalao, mojarra, mantarraya, carite, cazón y muchos más, aunque estos son los principales.
Se utilizan los restos de estos peces específicos por su composición, ya que son los que mayor cantidad de esta proteína producen y mantienen en su cuerpo. La gran diferencia con el producto de origen terrestre, es que por cada pez (de los que se utilizan sobre todo los restos sobrantes tras procesarlos para la alimentación), se puede obtener una cantidad menor de fibra, por lo que se debe utilizar un buen montón de materia prima para su síntesis.
Sin embargo, el comercio pesquero de los países costeros es muy amplio, por lo que realmente se obtiene una inmensa cantidad de materia para ser sintetizada, cumpliendo así con la premisa ecológica de que toda parte de un animal debe ser utilizada. Esto es distinto en el caso de la aleta de tiburón, ya que en muchos países se considera un manjar, por lo que en vez de resto, es completamente comestible.
Es de esta que se dio a conocer primeramente el colágeno marino, ya que el consumo de la aleta de tiburón es bastante popular, por lo que ha sido estudiada por diversos especialistas e investigadores para descubrir todos los beneficios de comerla, entre los que se encuentran, por supuesto, la ingesta de colágeno de manera natural, lo que ha llevado a que el campo de la medicina cosmética recomiende platillos gastronómicos con este ingrediente.
Claro está que se puede suplir, aunque en menor medida, la producción de colágeno de calidad dentro del organismo, al consumir alimentos de origen animal ricos en esta proteína (ya que sólo se encuentra en la fauna y no en plantas). Aun así, la cantidad de esta proteína que se obtiene no es suficiente, así como tampoco es de la calidad necesaria, por lo que nuestro sistema digestivo no alcanza a aprovechar todos sus beneficios.
Por ello las industrias cosmética y de salud general, así como de nutrición, tras años de estudio y experimentación, nos ofrece, como clientes y consumidores, la posibilidad de obtener una mayor cantidad de colágeno y de mejor calidad, no solo al utilizar ingredientes con esta fibra en sus productos, sino al incorporar en estos otros componentes, como la esencial vitamina C, que estimulan la producción propia de nuestro cuerpo.
En este punto, no hay mayores diferencias entre los orígenes terrestre y marino de esta proteína, pues ambas otorgan los mismos beneficios positivos al sintetizarlas. Aun así, difieren en la facilidad con la que podemos adaptarnos a sus propiedades, siendo fa fibra de mar superior en cuanto a su digestibilidad, pues nuestro cuerpo puede absorberla a una mayor velocidad y de forma más suave y ligera.
Por ello, se recomienda sobre todo para quienes tienen alguna alteración en el metabolismo, con problemas de digestión, al igual que para personas que sufran de alguna patología o trastorno inmunitario, que cause la llamada enfermedad vascular del colágeno. Esta ocasiona que el sistema inmune vea a esta proteína como un agente externo dañino, por lo que la rechaza y ataca, causando que sus niveles desciendan de manera drástica.
Beneficios generales de este producto del mar
Ya sea que lo consumas o lo apliques en la piel, de acuerdo con la presentación específica adquirida para uno u otro fin, son muchos los beneficios que se pueden obtener de esta fibra proteica, al aumentar sus niveles dentro de nuestro organismo o al contacto. Una cosa debemos tener en cuenta, como acabamos de mencionar, y es que, a menos que suframos alguna patología de rechazo de esta proteína, no hay mayor ventaja entre los orígenes marino y terrestre.
Otra cosa a tener en cuenta es la calidad y veracidad del producto que estamos dispuestos a utilizar, ya que muchos de ellos, de dudosa procedencia o no elaborados bajo los estándares más apropiados, pueden contener ingredientes no recomendados, como conservantes químicos, alérgenos o irritantes, que no solo pueden causar reacciones adversas, sino ocasionar que el organismo no sea capaz de procesar esta fibra proteica.
Además, como recomendación de los especialistas, la mejor opción es recurrir a un producto fabricado mediante el método de hidrolizado, que reduce su densidad molecular, haciéndolo más liviano y ligero para su disolución, por lo que la piel o el sistema digestivo, en caso de ingerir un suplemento, puede aprovechar al máximo las siguientes capacidades de este ingrediente, sin perder sus propiedades durante la digestión y el tránsito por el sistema sanguíneo.
Fortalece las articulaciones
Entre todas las personas a quienes se les puede recomendar el consumo de esta fibra, destacan los pacientes de artritis y problemas en las articulaciones, que sufren de dolores y debilidad de este punto en específico. Esto se debe a que, como ya se mencionó anteriormente, este es uno de los tejidos que conectan diversas piezas de la estructura orgánica, por ende, donde más se concentra el colágeno y donde más es necesario.
Ayuda a aumentar y mantener la masa muscular
De igual forma, sabemos que los músculos se integran principalmente por una serie de fibras resistentes, que necesitan proteínas para mantener su resistencia y forma, así como otros nutrientes para mantener el tamaño y masa correctos. Aquí entra en juego la capacidad del colágeno y la elastina para mantener el tejido en su estructura adecuada, lo que permite a los músculos aumentar en volumen.
De este punto se pueden aprovechar mucho más las personas de la tercera edad, ya que se conoce que, debido a las alteraciones que sufre el cuerpo al envejecer, la masa muscular se puede reducir entre un 25% a un 40% con el paso de los años, por lo que un suplemento (en este caso mediante la ingesta), que permita mantener la musculatura, se presenta como una medida prioritaria y necesaria para contrarrestar esta deficiencia.
Otorga resistencia a la estructura ósea
De igual forma que con la pérdida de la musculatura y su masa, el paso de los años reduce la capacidad de los huesos de retener el calcio que mantiene su resistencia, ya que no es capaz de unir y adaptar este elemento a su estructura. De nuevo, es posible contrarrestar este problema con la ingesta de nuestra proteína estrella, que ayudará a mantener la cohesión de la masa ósea con el calcio, permitiendo una mejor absorción.
Aumenta la recuperación de distintas lesiones
Muchas heridas, fracturas, desgarros, fisuras óseas y musculares, así como las quemaduras y laceraciones, entre otras lesiones en general, requieren de la cohesión estructural de la elastina para sanar, pues es necesario que los tejidos, sean del material que sean vuelvan a unirse de manera correcta. Esto se puede ver en la cicatrización de una herida o la soldadura natural de los huesos tras una fractura.
Sin embargo, no hablamos de comenzar a ingerir colágeno o utilizar una crema con este ingrediente como base, justo tras sufrir la lesión, como si fuese parte del tratamiento de recuperación, ya que no funciona así. El aumento de la recuperación se da cuando los niveles de esta proteína se mantienen estables, por lo que es necesario, en caso de deficiencia de la misma, haber estado suplementando su producción con anterioridad.
Contra el riesgo de problemas cardíacos
Para quienes creen que el colágeno no es parte fundamental de todas y cada una de las piezas de nuestro cuerpo, es necesario saber que incluso las arterias se benefician de este, ya que permiten una mayor elongación y dilatación, lo que ayuda a eliminar obstrucciones y contaminación que, a largo plazo, puedes provocar problemas cardíacos, del sistema respiratorio o incluso patogenias a nivel sanguíneo.
Fortalece la piel, el cabello y las uñas
Al igual que el en caso de las cremas, probablemente hemos visto alguna vez esmaltes de uñas, champú o acondicionadores capilares con esta fibra como ingrediente, aunque más por razones cosméticas que de salud. Esto se debe a que el colágeno marino, que se adhiere y se absorbe con mayor rapidez, es capaz de integrarse al cabello y las uñas, fortaleciendo y endureciendo estos para darles mayor resistencia.
Si sufrimos de la consecuencia de la disminución de esta fibra, lo mejor es aprender aquí Cómo aumentar los niveles de colágeno
En el caso de la dermis, ya mencionamos todos los beneficios que podemos obtener al consumir o aplicar este elemento, como el aumento de la resistencia, elasticidad, firmeza y tonicidad propias de la piel. En este caso, como dijimos, no debemos pensar que estamos integrando un factor que ayude con dichas propiedades, sino un aumento de estas, pues el tejido superficial debe poseer cierto nivel de cohesión con estas características por naturalidad.